sábado, 9 de septiembre de 2017

CAUSAS ESPIRITUALES DE LA OBESIDAD


Desde el punto de vista simbólico, las personas que padecen obesidad, en realidad lo que hacen es “protegerse” de los demás, o de algún tipo de situación o trauma instaurado en su cabeza.

En la obesidad no se acumula masa ósea, ni muscular, ni se agranda ningún órgano, ni se llena ninguna cavidad de aires malignos. Lo único que se acumula bajo la capa de la piel es una cantidad de grasa (energía estancada) que no se va a usar y se retiene una cantidad de líquido (emociones tóxicas), que el organismo no puede eliminar.
Las células del cuerpo de una persona obesa, obedecen una orden de acumular grasa, y como sea, de no soltarla, “no quemarla”. Centrándonos en la grasa, ésta podría considerarse como un elemento comodín que el cuerpo, obediente como marinero a las órdenes del patrón, el inconsciente, las sitúa estratégicamente con distintas intenciones, tantas como obesos.
Tres ejemplos:
1.- En el abdomen, para defenderse de ser adulto. Tomamos forma de bebé barrigón. Puede que el árbol ataque a los niños cuando “espigan”. En el abdomen también, para simular un embarazo. El árbol genealógico te acepta como madre, no como mujer.
2.- En las caderas y muslos para ocultar el talento creativo y la libertad de expresión artística. El árbol asignó a otra persona este territorio, o hay una prohibición total al desarrollo libidinal, en beneficio de otro de los egos, por ejemplo el intelectual o el material.
3.- En todo el cuerpo a consecuencia de un abuso sexual. Puede provocar que asociemos “la belleza” con “la agresión”. Es decir, si soy bella soy blanco de agresiones sexuales, por lo tanto engordo y de ese modo nadie me mirará, ni me deseará sexualmente. Es una forma de defensa para estar a salvo.
Desde la perspectiva de Naska Groppaglio, la obesidad, así como la delgadez, las jorobas, etc. se utilizan para integrarse en el “clan familiar”. Cuando no hay suficiente espacio en familias con muchos hijos, cuando uno nace no deseado, del contacto fisico opuesto al esperado, es posible que el cerebro más primitivo encuentre estrategias de supervivencia que responden a estos patrones.
También hay personas que establecen su prioridad en el ahorro, en no gastar ni un centavo. Son las personas que no invierten, sólo acumulan. La obesidad podría ser un síntoma de esa disposición, del miedo a que le falte. Como un seguro a todo riesgo, donde la grasa es “el seguro”.
Detrás de la obesidad también puede haber una madre dominante, posesiva, que ejercía un control estricto sobre su alimentación, sus pensamientos, sus sentimientos y su creatividad. En este sentido, la obesidad representa una oposición inconsciente a la autoridad materna que abusó de nosotros.
Un ejemplo puede aclararlo: Una niña empezó a engordar para que su madre la quisiera y se preocupara de ella como de su abuela que había enfermado y ahora estaba en su casa robándole toda la atención.
Alejandro Jodorowsky dice que cuando uno sufre un abuso, eso se sigue repitiendo. Hay que eliminar de la mente el símbolo del abuso y romper la fijación con un acto psicomágico. En este caso le recetó que comprara tantos kilos de huesos para perros como los que ella tenía en estos momentos de sobrepeso. Llevar toda esa carga en una carretilla hasta el cementerio donde estaba enterrada su abuela y decirle: ” abuelita, estos kilos son tuyos, no son míos, me libero de esta carga” También debería llevar miel para endulzar y que no fuera un acto hostil.
Noticias relacionadas con la obesidad
Una noticia apunta que el estómago puede actuar como un “segundo cerebro”. Se ha descubierto toda una red neuronal de entorno a cien millones de neuronas en el conducto intestinal. De esta manera, lo que se conoce como “sentimiento intestinal” es el nudo en el estómago que todos conocemos. A riesgo de equivocarnos, podemos pensar que en este rudimentario “cerebro” el hambre de amor, de atención y de ternura… lo satisfacemos con exceso de alimento.
Otra noticia habla de una especie de “interruptor biológico” de la obesidad, que ofrece la posibilidad de manipular la presencia o ausencia de grasa en zonas anatómicamente estratégicas del cuerpo. Ese interruptor se activa sobre todo por el estrés crónico. Este hallazgo explicaría porqué hay personas que durante sus vacaciones, pese a los habituales excesos del verano, pueden llegar a perder peso al alejarse temporalmente de sus presiones y preocupaciones cotidianas.
La última de las noticias que vamos a comentar es una especie de “programación enferma” que advierte que pronto habrá una epidemia de cáncer de estómago en los países desarrollados, según han alertado expertos en esta patología. Para estos expertos, la causa de este incremento podría tener relación con la obesidad.
Sería interesante y sobre todo positivo, complementar lo que los especialistas médicos aconsejan respecto a dietas y ejercicios para sanar la obesidad, con una mirada diferente a la misma, entendiendo la obesidad como un mensaje que el cuerpo nos manda para sanar lo que hay en su raíz.
Debemos preguntarnos:
-¿Qué sentido metafórico tiene acumular la grasa o el líquido en este lugar de mi cuerpo?
-¿Qué es lo que en realidad acumulo y para qué?
-¿Por qué no dejo fluir la energía y las emociones?
-¿Qué oculto tras la grasa?
-¿A quién o a qué me parezco con esta imagen?
-¿He sido visto por mis padres?
-¿He tenido suficiente espacio para crecer entre mis hermanos?
-¿Estoy alimentando mi falta de amor con exceso de comida?
Dr. Salomon Sellam (Es considerado uno de los máximos expertos en Medicina Psicosomática, campo al que ha dedicado varios libros de ensayo, donde propone una visión psicosomática de la enfermedad y analiza los factores psíquicos que pueden estar en el origen de cada patología. “La enfermedad es una situación de la vida cotidiana en la que un acontecimiento brusco, inesperado, que nos toma por sorpresa, nos desestabiliza totalmente”.
Fuente: Barcelona Alernativa


LAS CUATRO SENDAS DEL CHAMÁN
Las sociedades chamánicas basan el poder de su «medicina» en la energía de cuatro arquetipos universales:
EL GUERRERO, EL SANADOR, EL VIDENTE Y EL MAESTRO.
Si el curandero de una tribu es capaz de sanar a los enfermos, es porque ha destilado e integrado en su ser la sabiduría ancestral de estas cuatro imágenes mitológicas.
Hace unos años la antropóloga californiana Ángeles Arrien expuso este conocimiento en Las cuatro sendas del chamán (Ed. Gaia). En este libro sugería que cada uno de nosotros puede recuperar el equilibrio interno, y la armonía con el entorno, a través del desarrollo de estos arquetipos.
Hoy son numerosos los psicoterapeutas, como Charles Tart, Stanislav Grof o Liz Greene, que han incorporado a sus terapias técnicas chamánicas para inducir estados alterados de conciencia que despiertan en el paciente su propio poder sanador. También Ángeles Arrien propone utilizar las herramientas de poder de las culturas aborígenes para recorrer con ellas las diferentes vías del chamán, e integrar así en nuestras vidas la energía curativa de sus mitos. El camino lleva primero a reconocer sin ambages los aspectos sombríos de cada arquetipo. Es decir, qué actitudes relacionadas con esta figura mitológica nos ponen en dificultades continuas reclamando de ese modo más luz y espacio en nuestras acciones cotidianas. Y es que, al descuidar los aspectos luminosos propios del guerrero, el vidente, el sanador o el maestro, abrimos sin darnos cuenta una puerta a la enfermedad, depresión, soledad o autoabandono. Y, al contrario, al desarrollarlos logramos salud, sabiduría y entusiasmo por la existencia. Cada uno de nosotros puede identificarse más con uno o dos de estos arquetipos. Pero lo idóneo es que integremos las cualidades positivas de los cuatro para alcanzar la totalidad de nuestra esencia como seres humanos. A través del guerrero obtenemos los recursos del poder, la comunicación y el liderazgo; mediante el sanador nos vemos capaces de prestar atención a lo que tiene corazón; el vidente nos ayuda a percibir y decir la verdad en todo momento sin sentimientos de culpa; y, por último, el maestro nos enseña a desapegarnos, con sentido del humor, flexibilidad y objetividad, de situaciones, personas o cosas que nos hacen infelices.
EL GUERRERO: coraje y poder
El guerrero es un brujo, un explorador y aventurero, líder o protector que invoca la fuerza interior para estar presente ante cualquier dificultad y actuar como guía.
Cuando no se ha desarrollado acostumbra a llamar nuestra atención haciéndonos caer en discusiones, conflictos y actitudes rebeldes frente a representantes de la autoridad, padres, jefes, el director del banco, el conductor del autobús, etc. O utiliza sus dotes de mando de forma abusiva y en beneficio personal. En el polo opuesto puede inhibirse, y entonces la persona prefiere ocultar sus talentos y actuar en la sombra para no asumir la responsabilidad, pero proyecta su necesidad de liderazgo en otros individuos a los que idealiza primero para luego, cuando no actúan como él espera, criticarles y competir con ellos. Estas actitudes negativas revelan una falta total de autoestima.
PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL GUERRERO
** Desarrollar la capacidad de honrar y respetar las propias habilidades así como las de los demás, y las de todas las cosas creadas, sin hacer comparaciones y desde diferentes perspectivas.
** Comunicarse de forma equilibrada: decir sinceramente lo que se piensa y hacer lo que se dice. Cumplir los acuerdos y palabras dadas. Y aprender a dar un «sí» o un «no» cuando sea apropiado para los propios fines.
** Demostrar responsabilidad por cada acto. Por lo que se hace o por lo que se deja de hacer. Y encarar la vida con un ritmo de disciplina constante y a la vez flexible.
** Alcanzar los tres tipos de poder universal. Los pasos anteriores llevan directamente a detentar el poder de la presencia, por el que la persona llega a mostrarse en cada instante con sus cuatro inteligencias –mental, emocional, espiritual y física– y emanar así un carisma que atrae a los demás; el poder de la comunicación que permite elegir de forma acertada las palabras, tono de voz, lenguaje no verbal, contenido y momento para expresarse; y el poder de la posición, que significa defender sin miedo una postura e informar a los demás por qué lo hace y de que actúa así por propia voluntad.
ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL GUERRERO INTERIOR
Meditación: quince minutos al día al aire libre o ante una ventana. De pie, con la cabeza erguida, brazo izquierdo caído y derecho sobre el pecho, ojos fijos en un punto, pies separados a la distancia de los hombros. Hay que concentrarse en la sensación de estar arraigados en la tierra y en que ello posibilita el valernos por nosotros mismos, así como establecer límites y movernos en la vida desde la autoestima y el respeto por nuestros propios recursos.
Instrumento musical: maracas. Su sonido, imitación del de la lluvia, crea un estado alterado de conciencia idóneo para la purificación y sanación del alma.
Danzar es el acto de poder que más desarrolla este arquetipo y por ello ha sido utilizado por todas las culturas aborígenes. Según el tipo de ritmo elegido –fluido, entrecortado, lírico, sereno, caótico– el danzante adquiere gracia, refinamiento, alegría, paz o una vía para dar rienda suelta a su creatividad.
Animales de poder: conectar a diario con la naturaleza del águila o los pájaros dota al al guerrero del valor necesario para enfrentar los desafíos que la vida le depara.
EL SANADOR: gratitud y corazón
El sanador abre sus brazos al amor y a la gratitud. También muestra aceptación de las habilidades propias o ajenas. Y siempre tiene palabras amables, de aliento y de reconocimiento para el talento, carácter o apariencia externa de los otros.
El modo en que este arquetipo reclama atención a través de aspectos sombríos es el descuido de la salud y bienestar personal. Cuando no escuchamos al sanador interno caemos en hábitos contrarios a la vitalidad, generalmente adicciones que abren la puerta a la enfermedad y el malestar.
Existen cuatro adicciones básicas que engloban todas las demás. Adicción a la intensidad, que fomenta hábitos destructivos para sustituir la sensación de aburrimiento por la de estar vivos. Adicción a la perfección, que vuelve a las personas rígidas e intolerantes con los errores propios o ajenos. Adicción a la necesidad de saber y controlar todo compulsivamente, que convierte al individuo en alguien desconfiado y arrogante. Y adicción a lo que no funciona, que se muestra en una tendencia a exagerar las experiencias negativas y aferrarse a ellas.
PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL SANADOR
** Poner el corazón en los quehaceres cotidianos. Una fórmula para saber si lo estamos consiguiendo es preguntarse: ¿cómo tengo el corazón, pleno, abierto, claro o y fuerte?, o ¿a medias, cerrado, confuso y débil? Si no nos sentimos con fuerza es porque nos falta coraje para ser auténticos.
** Experimentar los seis tipos de amor universal: entre compañeros y amantes; entre padres e hijos; entre colegas y amigos; entre maestro y estudiante; terapeuta y cliente; amor a uno mismo y amor universal o espiritual.
** Visión equilibrada: sentir estas formas de amor prepara a la persona para comprender que la sanación requiere actitudes como recordar lo que hemos olvidado sobre la conexión de las cosas vivientes y no vivientes; abrazar lo que más tememos; abrir lo que está cerrado y ablandar lo duro; experimentar lo divino; creatividad, pasión y amor; aprender a confiar en la vida y mantener un equilibrio entre el dar y el recibir.
ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL SANADOR INTERIOR
Meditación: dedicar entre cinco y diez minutos diarios a la técnica del «acunamiento». Tumbado y con las manos sobre el corazón, izquierda encima de la derecha, hay que reconocer los propios talentos, el amor que se ha dado o recibido, y concentrarse en el propósito de desarrollar la autoestima.
Instrumento musical: tocar el tambor. Su sonido imita los latidos del corazón y facilita su purificación. También ayuda a entrar en un estado de conciencia favorable para buscar guía espiritual.
Practicar los ocho principios sanadores universales: llevar una dieta equilibrada; realizar ejercicio físico; reservar tiempo para divertirse; escuchar música; recitar cantos y contar historias que transmitan valores éticos; sentir amor y contacto físico con otras personas; desarrollo de intereses, aficiones y proyectos creativos; pasar tiempo en la naturaleza; y cultivar la fe en lo sobrenatural.
Animales de poder: los sanadores están vinculados en general a los cuadrúpedos, renos, ciervos, caballos, vacas… Pero además han de estar en íntima conexión con la naturaleza y los árboles. Por ejemplo, cada primavera, algunos pueblos aborígenes ofrecen sus cicatrices y heridas, físicas o del alma, a un árbol para que las sane. Y hacen la promesa de no volver a hablar de ellas.
EL VIDENTE: sinceridad y libertad
El vidente es el que dice la verdad. Su vía nos invita a ser quienes somos continuamente, por lo que nos recuerda de mil modos el sueño que deseamos realizar en esta vida.
Cuando no le prestamos atención, su forma de reclamar luz y cuidados es sobre todo inventar un falso yo sólo para cubrir las expectativas ajenas. La persona abandona entonces su auténtico yo y suele hacerlo por tres motivos: por amor a otra persona; obtener la aprobación de alguien; o mantener la paz que cree haber conseguido. Cae así en una trampa que en realidad le vuelve débil de corazón e incapaz de decir la verdad.
La otra artimaña sutil que este arquetipo utiliza es hacernos ver como ciertas las proyecciones de nuestros propios defectos o anhelos. Los espejos y cristales, que lucen cosidos a los trajes de los chamanes en algunas ceremonias, recuerdan este artificio de la mente por el que proyectamos en otras personas partes de nosotros que pueden ser positivas o desafiantes. Cualidades que nos gustaría tener y envidiamos pero desconfiamos poder alcanzar, o los defectos que más detestamos y tememos reconocer en nosotros mismos. Sólo cuando la proyección se cae y conseguimos ver a la persona tal y como es en realidad, podemos darnos cuenta de esas partes ocultas de nuestro ser y traerlas de nuevo a casa. Entonces suele despertarse en nosotros una compasión sanadora que nos permite colocarnos en el lugar del otro y enjuiciar la realidad con la objetividad del vidente.
PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL VIDENTE
** Desenmascarar las proyecciones: sólo así nos sentiremos libres para expresarnos tal y como somos, incluso para recuperar nuestros sueños infantiles y hacerlos realidad.
** Evitar la negación y la indulgencia: negamos a las personas y situaciones cuando no somos capaces de aceptarlas como son. Y nos volvemos indulgentes cuando, llevados por el miedo, no enfrentamos los conflictos si ello significa alterar nuestra paz.
** Liberar la creatividad: cuando estamos en conexión con nuestra autenticidad y dejamos a un lado ideas preconcebidas sobre lo que está bien y lo que está mal, el campo de la creatividad ilimitada siempre está disponible para que hagamos uso de él.
** Decir la verdad: «hablar con la lengua del espíritu», como dicen algunos indios americanos, significa ser capaz de expresar lo que se siente sin culpabilidad.
** Lograr las cuatro formas universales de visión: intuición para entender las voces interiores; visión externa que analiza con objetividad la realidad; visión interna que proporciona información a través del sueño e imágenes en estado de trance, y la visión holística que nos aporta un conocimiento completo de cada situación.
ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL VIDENTE INTERIOR
Meditación: en movimiento. Caminar, correr, cocinar, nadar, incluso pasar la aspiradora, cualquier acción puede funcionar para obtener la solución creativa de problemas. También la plegaria puede procurarnos la ayuda de otros seres, o ayudarnos a recuperar nuestro propósito existencial.
Instrumento musical: campanas. Utilizadas tradicionalmente para convocar a la gente a los templos y asociadas por tanto a la espiritualidad, nos recuerdan nuestros sueños y nos conectan con nuestro ser esencial.
Cantar las canciones que nos hicieron felices en la infancia, o recitar mantras con vibraciones que atraen la fuerza vital, como el Om budista, e incluso entonar sonidos inarticulados, posibilita al vidente recordar su proyecto existencial.
Llevar un diario de sueños potencia la capacidad de tener premoniciones o resolver problemas de forma intuitiva.
Animales de poder: serpientes, lagartijas, salamandras y, en general, los animales que se arrastran, pues la soledad y el silencio de los lugares desérticos donde habitan son muy propicios para despertar la visión interior.
EL MAESTRO: claridad y fe
El maestro enseña a confiar y comprender la necesidad del desapego, y está abierto a cualquier resultado de sus acciones sin inquietarse ante un posible éxito o fracaso.
Su forma de reclamar la atención a través de los aspectos sombríos es manifestar pautas de censura y control que llevan a la persona a mantener comportamientos rígidos, y juicios excesivamente subjetivos basados en el miedo y anclados en la falta de confianza. También se muestra mediante la confusión e ignorancia. Ambas son el lado oscuro de la claridad. Cuando estamos atrapados en ellas actuamos y opinamos bruscamente de manera inapropiada e inconscientes del contexto en el que lo hacemos. Otra fórmula a través de la cual el maestro expresa su necesidad de desarrollo son los apegos exagerados. Al aferrarnos demasiado a situaciones, relaciones o cosas, tendemos a controlar más que a confiar y perdemos objetividad. La sabiduría consiste en adaptarse a cada circunstancia con ligereza.
PASOS PARA RECORRER LA SENDA DEL MAESTRO
** Practicar la confianza: aprender a sentirse cómodos en la incertidumbre y la ignorancia de qué ocurrirá en el futuro o mañana mismo. Con el fin de integrar esta enseñanza los maestros utilizan trampas para sorprender a sus discípulos en situaciones inesperadas que les despiertan de sus rutinas y les permiten ver sus apegos.
** No aferrarnos: hay que ser capaz de no engancharse en una situación conflictiva y mantener el sentido del humor. Cuando no nos vemos arrastrados y podemos mantener nuestra objetividad y capacidad de reírnos, eso demuestra que las cosas no nos importan tanto. Hay que recordar también que cualquier perdida, material o afectiva, nos hace más humildes y nos enseña algo más sobre la aceptación y el desapego.
** Celebrar rituales: hacer ceremonias presididas por una intención sagrada honra los cambios de la vida y ayuda, en momentos de transición, a liberarnos del apego o del sentimiento de pérdida; de paso facilita el que todo vuelva a encajar en su sitio.
ACTOS DE PODER PARA DAR LUZ AL MAESTRO INTERIOR
Meditación: sentada, en la postura del loto, en una silla, o de rodillas. Mantenerse así, con los ojos cerrados y manos sobre las rodillas, quince minutos al día para acceder a la quietud y al silencio. Este tipo de meditación enseña a esperar, escuchar y observar los mensajes del maestro interior.
Instrumento musical: palos y huesos. Chasquearlos representa el compromiso de romper con pautas y actitudes dañinas, sean familiares o culturales.
Invocar los espíritus de los antepasados: las tradiciones chamánicas creen que las almas de nuestros ancestros nos acompañan y que podemos solicitar su ayuda mediante la danza o el sonido del tambor.
Guardar silencio: las experiencias transpersonales se presentan con más facilidad en momentos de silencio y soledad, y a ser posible en medio de la naturaleza.
Animales de poder: las criaturas que viven en océanos y ríos son propias del maestro. No en vano el agua es venerada por los chamanes como agente de purificación y modelo de flexibilidad.
-Angeles Arrien
Jakurri.

domingo, 4 de junio de 2017

Paso del ego al Corazón para facilitar la integración de la energía de la 1ª cruz.


Este protocolo fue transmitido por UN AMIGO, el 10 de julio de 2010, en el curso de una canalización.

UN AMIGO hace referencia, aquí, en la primera cruz, la para realizar en nosotros a fin de permitir el paso del ego al Corazón.

La segunda cruz siendo la que esta actualizada en nuestro Cielo (al nivel de la disposición planetaria / astronómica) desde el 7 de agosto de 2010.

1ª etapa - Colocar la palma de mano izquierda sobre el chacra del bazo, la palma de la mano derecha situada sobre el chacra del enrizamiento del alma.

2ª etapa - A la inversa, y en un segundo tiempo, la palma de la mano izquierda viene situarse sobre el chacra de enrizamiento del Espíritu mientras que la palma de mano derecha se coloca sobre el chacra del hígado

Estas dos posturas, hechas sucesivamente, permiten de apaciguar, por sí-mismo, las Energías de este pasaje de la Cruz. Este protocolo es así particularmente eficaz para fluidificar las integraciones de energía que vivimos hoy, desde el momento en que la necesidad hace sentir, sin restricción pues de frecuencia y ni de horario.

Tu vida no puede salir mal

Tu vida no puede salir mal
por Jeff Foster

En realidad, tu mundo está configurado de tal modo que nunca te sucede nada, sino que todo sucede para ti... Todo sucede para tu despertar, para tu crecimiento, para tu inspiración, para tu exploración. Incluso si lo olvidas, o si en ocasiones eres incapaz de notarlo, o si te distraes o entras en la desesperación.
Cuando no hay ningún destino fijo, no puedes perder tu destino, así que nunca puedes perder tu camino. De este modo, nunca pasa nada en tu vida que sea capaz de sacarte del camino. Tu camino ES lo que sucede, y lo que sucede ES tu camino. No hay otro.
Todo es un regalo en este inquebrantable camino que llamas vida ―las risas, las lágrimas, los momentos de gran tristeza, las experiencias de profunda pérdida, el dolor, la confusión, los momentos en que crees que nunca lo vas a lograr, hasta la inmensa angustia del amor― incluso si lo olvidas, si no puedes darte cuenta de ello o si pierdes absolutamente toda la fe en este espectáculo.
Pero incluso la pérdida de la fe en todo este espectáculo es parte del espectáculo, y hasta la escena en donde "todo sale mal" no es indicativa de que el espectáculo esté saliendo mal. Y así, entonces, siempre estás exactamente donde tienes que estar, lo creas o no... aunque no lo creas.
La vida es absolutamente confiable, aún cuando la confianza parezca estar a un millón de años luz... y la vida no puede salir mal, porque todo es vida, y la vida es todo. Entiende esto, compréndelo en tu corazón, y así, la espiritualidad se volverá profundamente simple, tan simple como respirar, tan natural como mirar las estrellas en la noche y caer en un asombroso silencio. El universo es mucho más hermoso de lo que nunca podrías imaginar.

viernes, 2 de junio de 2017

Los Septenios

El planteamiento de Antroposofía es una cosmovisión espiritual del ser humano, con áreas de aplicación en la educación, en la medicina, en la arquitectura, las artes, entre otras. Particularmente, dentro de su cosmovisión del ser humano y su desarrollo espiritual, Steiner estableció los septenios, que es el estudio biográfico de las personas cada 7 años, y el estudio del temperamento. Steiner enuncia que el desarrollo puede verse tripartitamente, hablando de maduración física, maduración anímica y maduración espiritual.



Esto quiere decir que en los primeros 3 septenios (de 0 a 7 años, de 7 a 14 y de 14 a 21) lo que prima es la consolidación del cuerpo físico de la persona, y la temática central es el conocer la vida en la cual encarnamos. Luego, con nuestros órganos y cuerpo ya consolidados, comienza el desarrollo anímico, entre los 21 y 42 años. Lo que prima en esta etapa es la aceptación de la vida y trabajar en lo que uno vino a aportar a este mundo. Finalmente, entre los 42 y los 63 (y en adelante) encontramos el periodo del desarrollo espiritual, donde comienza la recapitulación de la vida, donde el alma se pone en servicio del Yo, para que él pueda expresarse, junto a las virtudes de la humildad, la aceptación y el amor.

En resumen, la Antroposofía nos plantea un camino evolutivo de nuestro desarrollo humano, dividiendo nuestra estadía en el mundo en tres etapas: encarnar y desarrollar nuestro vehículo en el mundo que es nuestra corporalidad; luego, aceptar nuestra realidad y aportar al mundo lo que vinimos a entregar; para finalmente, poder expresar nuestro espíritu y sus cualidades en el mundo.

A continuación los invito a descubrir las principales características 
de cada uno de estas etapas que duran siete años, y así poder situarnos en la que nos corresponde y nutrirnos conscientemente de ellas.

Primer Septenio: 1 a 7 años. En este septenio nace el cuerpo físico del bebé, siendo muy importante la gestación de este mismo, ya que las enfermedades que existan en este septenio se deberán en gran medida como repercusión a cómo fue el embarazo de la madre.

Es fundamental también dos procesos que ocurren alrededor de los 3 meses: primero es el desarrollo psicomotor del niño, y segundo, las enfermedades que pueden entenderse como una guerra de vida y muerte: es común que los niños tengan altas fiebres, ya que a través de esto el niño transforma sustancias de la madre en sustancias propias. La antroposofía plantea que mientras más fiebre tenga el infante cuando chico, más probabilidades de no padecer enfermedades autoinmunes cuando grande.

Continuando con el desarrollo psicomotor, es fundamental también el momento en que comienza a caminar erguido, ya que es una manifestación de la individualidad del niño, de su yo individual. El órgano que prima en este septenio es el sistema nervioso, ya que a través de él va desarrollando las habilidades perceptivas, tanto con la imitación, el tacto, el movimiento, el equilibrio. Para poder fomentar esto es fundamental instar el juego con el niño.

Otro elemento fundamental es el dar calor, ya que este posee una doble funcionalidad: primero, en el nivel físico esto se vivencia como protección, y en un nivel anímico esto se vive de tal manera que el niño siente que es importante para el adulto, lo que va otorgándole confianza en el medio externo, que finalmente conlleva a poseer un buen nivel de autoconfianza. Finalmente, la antroposofía plantea que es fundamental que el infante vivencie su realidad según esta frase: “El mundo es bueno”, donde pueda explorar, jugar y vivenciar de manera positiva y confiable el mundo que lo rodea.

Segundo Septenio: 7 a 14 años. Alrededor de los 6 años el niño 
comienza a perder sus dientes de leche: esto nos indica el comienzo de cambio de septenio y que el sistema nervioso del niño ya está desarrollado y listo para comenzar la escolaridad. En este septenio se comienza a forjar el temperamento, el cual puede ser colérico (fuego), sanguíneo (aire), melancólico (tierra), o flemático (agua)…. ¿se acuerdan que lo hemos mencionado alguna vez?.

Cada temperamento tiene rasgos de comportamiento determinado, una forma de vincularse con el mundo, de vivenciar las experiencias, entre muchas otras cualidades. Otro aspecto fundamental de este septenio es la habilidad o posibilidad de comenzar a adquirir hábitos, que abarcan más que dormir, comer o trabajar, sino que pueden ser hábitos de respeto, de no criticar, de comprender y saber perdonar, entre otros.

Es fundamental entonces poder fomentar y cultivar estos hábitos, tanto por parte de los padres como de los profesores. Alrededor de los 9 años comienzan lo que se denomina los sentimientos del yo, lo que abre al niño hacia un mundo de polaridades a partir del sentir: sentir simpatía y antipatía, sentir el yo afuera y el yo adentro y de esta manera comenzar a experimentar sentimientos. Esto puede diferenciarse claramente con los niños más pequeños, donde todo es de todos: aquí comienzan los límites de la polaridad. Finalmente es muy posible que haya una búsqueda espiritual, donde busque religiones para buscar esa conexión, ese poder religar con lo que antes de encarnar estuvo unido.

Tercer Septenio: 14 a 21 años. En este septenio la antroposofía plantea que a partir de la menarquia y la primera polución, hay una diferenciación entre niños y niñas en su comportamiento: ellas, las niñas, se ponen introvertidas, mientras que ellos comienzan en una etapa de rebeldía. Recordemos también que Steiner es del año 1900, por lo que hemos pasado por bastantes cambios socioculturales que pueden marcar una diferencia hoy en día, pero en rigor ese es el planteamiento descrito por la antroposofía. En esta etapa hay un énfasis en el pensar para poder conocer el mundo: antes el niño solo hacía registros, mas ahora lo procesa y lo debate más activamente.

También comienzan a buscar conscientemente a los amigos que quieren tener, estableciendo relaciones kármicas importantes. Que los jóvenes posean una aproximación a la música también es muy común en este ciclo, ya que lo hacen como una manera de religar con la espiritualidad de forma más sutil. Un evento gatillante y fundamental es que a los 18 años y medio ocurre el primer nodo lunar: estos son estancias cósmicas donde el sol, la luna y la tierra están en la misma ubicación que cuando nacimos.

Este nodo nos trae un cuestionamiento de “¿qué vine hacer en esta vida?”. Esta inquietud podría explicar la gran taza de disidencia de estudiantes universitarios de primer año de esta edad, que entran en una carrera sin tener claro que quieren hacer, cambiándose de elección hacia una más acorde con su vocación.

Cuarto Septenio. 21 a 28 años. Este es un septenio de experimentación: de tener experiencias variadas, tanto como diferentes viajes hasta diferentes trabajos. Hay una búsqueda de validación a través de los amigos y de la carrera. Se hace énfasis en la calma interior, donde, a través de ella, vamos a ir adueñándonos de los espacios que habitamos.

Esto quiere decir, que a través de un proceso de estabilización, vamos a poder amoldarnos a los límites que vamos a ir conociendo en este mundo que se abre, ya fuera de la escolaridad y de lo conocido. A los 28 años comienza una crisis de los talentos, que es cuando cesa la inspiración y comienza la transpiración. Esto quiere decir que los eventos que antes universalmente se iban dando fácilmente, dejan de fluir, siendo necesario más esfuerzo de parte de uno para lograr los objetivos.

Recordemos que los tres septenios anteriores eran los septenios corporales, donde estábamos más protegidos y acompañados por la divinidad, mientras nuestra corporalidad se iba desarrollando. En cambio en el cuarto septenio ya comenzamos los septenios anímicos, donde es momento de hacerse cargo de la vida con lo forjado anteriormente, a empoderarnos a partir de nuestro propio mérito y esfuerzo, ya que ahora dependemos solamente de nosotros mismos, como si fuera un empujón del universo hacia la adultez.

Es un buen momento para plantearnos el cómo vivenciamos al mundo y cómo nos vivenciamos a nosotros mismos, siguiendo el planteamiento anterior de ir en un camino hacia la adultez y hacia el hacerse cargo.

Quinto Septenio. 28 a 35 años. En este septenio se sitúa lo que se denomina el lugar kármico: es el situarse en el lugar exacto donde uno realiza aquello que vino a hacer, conjunto a las personas con las que tenemos que llevarlo a cabo. Se puede apreciar que este ciclo está en la mitad de los septenios del cuerpo y del espíritu, lo cual produce una vivencia de Aquí Estoy Yo: se sitúa el ego terrenal en la tierra y comienza una nostalgia por lo no vivido, pero al mismo tiempo una apertura hacia la espiritualidad.

Como se sitúa el ego terrenal en la mitad del desarrollo corporal y espiritual, es muy difícil tratar adicciones después de los 33 años. Esto es porque comienzan nuevas etapas en el desarrollo del ser humano, donde se destaca la organización que tiene él en el mundo actual: es así como la adicción forma a ser entonces parte de esta organización del yo terrenal de la persona, siendo muy difícil de rehabilitar.

Sexto Septenio: 35 a 42 años. Este septenio nos trae el segundo nodo lunar, el cual llega a los 37 años. Esta vez nos hace cuestionarnos si estamos haciendo lo que tenemos que hacer en esta vida: despierta, o nos remueve, el concepto de autenticidad, que es el poder reconocer que hay problemas, que no somos perfectos; nos permite asumir lo que está pasando alrededor de nosotros y poder hacernos cargo de ello.

En este periodo se vivencia frecuentemente el perdón hacia los padres, y paralelo a estas vivencias comienza también el decaimiento del cuerpo físico. La tarea fundamental es que nuestra alma no decaiga con el cuerpo, sino empoderarnos con este proceso, de tal manera que lo tomemos como una oportunidad: mi cuerpo decae, pero mi alma aflora, preparándonos para el siguiente ciclo de septenios, el ciclo espiritual.

Séptimo Septenio: 42 a 49 años. Aquí comienza el desarrollo de los septenios espirituales, lo que nos trae fundamentalmente la habilidad de poder mirar más de lejos las cosas, sin quedarnos atrapados en ella: se pueden separar los hechos más fácilmente, con objetividad y desapego.

El planeta Marte trae a este septenio una energía movilizadora, que da fuerza para resolver inquietudes del septenio anterior, abriendo nuevas vías de creatividad para responder si estamos haciendo lo que tenemos que hacer.

Otra energía creativa que se da de manera paralela es el comienzo de la menopausia, que puede manifestarse fundamentalmente en dos vías de creación: la primera, es los llamados aquí en Chile “conchitos”, es decir la mujer tiene su último hijo a esta edad. O la otra resolución hacia esta energía es el tener otras profesiones, otros trabajos, crear proyectos, iniciar otras empresas, entre otras.

Esto puede entenderse también como un brote de energía creativa, que mantiene activa y vigorosa a la persona, tanto hombre como mujer, en este septenio, lo cual cabría como resolución del nodo lunar del septenio anterior. Finalmente ocurre un contraste muy importante con la juventud, por lo que es común ver padres y madres que comienzan a competir con sus hijos, para no vivenciar esta decadencia corporal natural del ser humano.

Octavo Septenio: 49 a 56 años. En esta etapa de nuestra vida surge una nueva cordialidad, es decir, una nueva manera de que el corazón se vincula con el mundo, fundamentado desde el compromiso y la compasión; ellas son nociones más elevadas de vincularse, las cuales nos demuestran la presencia del espíritu en esta etapa de vida.

Aquí uno se entrega hacia el otro, ya que en el pasado nos estábamos formando para poder hacerlo en su totalidad. A los 55 años y medio ocurre el tercer nodo lunar, que nos presenta una energía de introspección hacia dos puertas de autoconocimiento: la primera es el cuestionamiento de que si hicimos lo que teníamos que hacer, y la segunda es qué podemos hacer todavía.

Noveno Septenio: 56 a 63 años. En este septenio es frecuente una búsqueda hacia la soledad, posiblemente impulsado por la energía de Saturno, que trae su sabiduría espiritual y guía. Esto nos permite también hacer una síntesis de lo vivido en los anteriores septenios. Saturno también nos da la energía de contactarnos con la manifestación del espíritu en la tierra.

Dos crisis pueden ser fundamentales en este septenio: la primera es a nivel de los vínculos: conflictos en la sociedad que conformamos nuestra biografía, tanto familia, hijos, compañeros. Si los conflictos que surgen aquí, por ejemplo, como la partida de los hijos de la casa, no son superados, una depresión puede manifestarse.


La segunda crisis deviene, de una apertura de conciencia por el espíritu, que llama a despertar, manifestándose en la búsqueda de la justicia, la verdad, de la libertad, o de la fraternidad. De esta forma, lo que busca este despertar espiritual, es poder manifestarse en la persona a través de la acción, de la presencia, de la voluntad, para que así pueda estamparse en la vida de la persona de forma activa, desplegándose en su día a día: superar las crisis biográficas anteriores, va a ser imperativo para que pueda manifestarse el espíritu sin ataduras ni temores; sin conflictos actuales en nuestra existencia terrenal, para poder así desarrollar la esencia espiritual.

jueves, 1 de junio de 2017

Poderosas Palabras de Jim Carrey te Ayudarán a Encontrar tu Lugar en el Mundo


Muchos de nosotros queremos influir el mundo de manera positiva pero no sabemos cómo y dónde hacerlo.
A veces sólo falta que otro nos ofrezca sus palabras poderosas para que nos aclaremos y logremos encontrar nuestro propósito en la vida.
Es probable que sepas quién es Jim Carrey, un actor de comedia muy querido por las personas en general. Con sus películas de humor liviano más de alguna vez nos ha hecho reír y nos ha levantado el ánimo.
Pero a pesar de que puedas pensar que él sólo se trata de chistes y risas, en realidad te sorprenderás de saber que también es una persona muy profunda y sabia.

Lee este discurso que preparó especialmente para las personas que buscan encontrar su lugar en el mundo:
«Mi alma no está presa en mi cuerpo, mi cuerpo se ubica en mi alma infinita. Siempre digo que me hubiera gustado que la gente pudiera entender que nunca encontrarán un equilibrio espiritual en sus sueños, riqueza y fama. Sé de mi propia experiencia que el efecto que tienes en la vida de los demás, es la moneda más valiosa del mundo.
Cualquier cosa material que consigamos en la vida, finalmente se dañará y se romperá en miles de pedazos. Sólo dejaremos lo que llevamos en nuestro corazón.
¿Qué puedes hacer para el mundo? ¿Qué puedes hacer para descubrir tu talento? Las respuestas a estas preguntas son lo único que debes comprender… Puedes seguir la corriente y manifestarte en contra de la guerra, pero para comprender el mundo verdadero debes quitarte tu armadura.
Mi padre pudo haber sido un comediante excelente, pero nunca creyó en sus fuerzas y prefirió una carrera de contador. Sin embargo, cuando yo tenía 12 años, lo despidieron y mi familia tuvo que hacer todo lo posible para sobrevivir. Aprendí mucho de mi padre. Y la lección más importante fue esta: al dedicarte a algo que no te guste, puedes fracasar; arriésgate y escoge la actividad que te apasione.

Muchos de nosotros queremos influir el mundo de manera positiva pero no sabemos cómo y dónde hacerlo. Dedicamos toda la vida primero a la escuela y luego al trabajo. Dentro de un tiempo muchos nos damos cuenta de que nos olvidamos por completo de nuestro corazón y de aquello que nos emociona y alegra.
Además, siempre nos dicen qué es lo que tenemos que hacer, qué profesión escoger, qué es lo «bueno» y lo «malo». Por lo mismo muchos de nosotros con un temor en el alma nos preguntamos: ¿qué es lo que pensarán los demás? Al realizar una rutina acostumbrada, descuidamos por completo nuestra alma y pasiones, como resultado la mayoría de nosotros se encuentra en una depresión constante. Nos sentimos frustrados porque nadie nos había enseñado a seguir nuestros impulsos y arriesgarnos. Sólo nos enseñaron que en este mundo hay que jugar según las reglas establecidas.
No temas nada. El miedo es trascendental en nuestra vida, pero sólo tú decides el nivel de impacto que te puede producir. Puedes pasar la vida imaginando las cosas que pudiste haber logrado y preocupándote por tu futuro. Sin embargo, lo que realmente importa es tu vida aquí y ahora. Nuestra vida es demasiado corta, por lo tanto no temas en romper barreras y arriesgarte. No pienses en el resultado final, sigue la voz de tu corazón y disfruta de tu viaje. Siempre puedes dar un paso hacia tu sueño, no importa si es un paso pequeño o grande.”



Fuente: el vaso medio vacio